lunes, 12 de octubre de 2009

João Filgueiras Lima (Lelé)

Bueno, no podía continuar este blog sin hablar de un arquitecto que, aunque no conocí hasta el año pasado en el Curso de Industrialización de la UPM, me sorprendió enormemente y creo que debería servir de ejemplo a arquitectos de todo el mundo.

João Filgueiras Lima, conocido como Lelé por su afición a un futbolista de los años 40, es un utópico en un contexto de difícil resolución de los sueños, Brasil, es un gran desconocido dentro y fuera de su país, quizás por su gran timidez, la cual le hace huir siempre de los medios de comunición. Pero es uno de esos arquitectos que te reconcilian con la profesión de arquitecto y llenan de ilusión tu mesa de trabajo cuando las fuerzas flaquean ante la frivolidad de las modas que asolan actualmente la disciplina.

En unos años, los 50, de gran euforia económica en Brasil y en los cuales prácticamente toda la sociedad se involucró en avanzar y desarrollar el país, un joven arquitecto, Lelé, que según cuenta, no sabía qué hacer con su vida, se alista en 1957 para ir a trabajar en la construcción de Brasilia, donde conocerá a Oscar Niemeyer con quien trabajará estrechamente. La construcción de la nueva capital en el interior de la selva amazónica, debía realizarse rápidamente, por ello, en esas experiencias iniciales, Lelé tiene sus primeros contactos con la urgencia de desarrollar soluciones técnicas que atiendan a la construcción rápida y es así como se empieza a interesar por la preindustrialización de la arquitectura.

Tras la experiencia de Brasilia, decide viajar a Europa y se interesa enormemente por las tecnologías de prefabricados de hormigón que se estaban desarrollando en los países del Este. En 1962 Niemeyer le invita a coordinar el Centro de Planificación de la Universidad de Brasilia, y es allí donde introduce dichas tecnologías de prefabricadas en Brasil. Pero con el golpe militar del año 1964 todo esto se ve interrumpido y comienza una época de grandes necesidades y escasos recursos.


En este tiempo Filgueiras insistió en la industrialización de la construcción desde la carestía, ideó la Fábrica Abadiânia, en el interior del Estado de Goiás, una fábrica que construía escuelas en madera desmontables para las zonas rurales y de Favelas. Era una mezcla de estructura de chapas de acero, madera y componentes de sellado, piso y cubierta de argamasa armada. Se trataba de arquitectura de autoconstrucción para que la industrialización no diera lugar al desempleo. Las ideaba de tal forma que fuese la propia gente del lugar quienes las construyesen, las piezas eran pequeñas para que pudiesen ser trasportadas fácilmente y sin necesidad de grúas por dos personas, desarrolló sus propios manuales de construcción y enseñó construcción y, sobre todo, organización en lugares donde la mayoría no sabían leer ni escribir. Se convirtió en alguien muy querido desde entonces, siendo conocido como Dr. Lelé.

En 1978 se instala en Salvador de Bahía y crea la crea la Compañía de Renovación Urbana - Renurb, con el objetivo de implantar un sistema eficiente de transporte en la ciudad. Crea diversos equipamientos urbanos en la ciudad: sistemas de drenaje, escaleras, puestos policiales, quioscos y servicios. Es entonces cuando desarrolla en profundidad la tecnología de la argamasa armada. Ésta, a diferencia del hormigón armado, tiene cementos más ricos y estructuras de hierro de menor dimensión, permitiendo dimensiones de tan sólo 2 cm de espesor en la pieza final, lo que facilita no sólo la producción, sino también el montaje por los obreros de las piezas, ya que los componentes se pueden manejar sin la necesidad de una grúa.





Después de 1982 ese proyecto adquiere fuerza y se irradia hacia otros campos de la industrialización de componentes urbanos, con la inauguración de la Fábrica de Equipamientos Comunitarios de Salvador - Faec.


De esa experiencia de implantación de un sistema fabril de producción para componentes urbanos, Lelé crea, entre 1984 y 1986, la "fábrica de escuelas" en Río de Janeiro, esta vez ya de argamasa armada, ya que observó que ésta resultaba más barata y limpia que la madera.

Es el proyecto de los Centros Integrados de Educación Pública – Cieps, que recibe la colaboración de Niemeyer y se presenta al Ministerio de Educación como piloto de un sistema en ámbito federal, el de los Centros Integrados de Apoyo al Niño – Ciacs, que en 1990 prevé la construcción de 5 mil escuelas en Brasil.


Pero su obra alcanza la madurez técnica y simbólica con la creación en 1980 de la Fábrica CTRS, para la Red Sarah Kubitschek de hospitales para enfermedades del aparato locomotor. Aquí Lelé no solo aplica los sistemas de prefabricación a todas las etapas del edificio, con lo cual la construcción es mucho más rápida y menos costosa, sino que consigue un confort interior introduciendo la vegetación en la arquitectura, una calidad espacial y una ventilación natural de los interiores, que inciden mucho en el proceso de recuperación de los pacientes.

Así establece una guía de principios que estructuran todos los edificios de la red:

  • flexibilidad y extensibilidad de la construcción
  • creación de espacios verdes como un desahogo visual
  • estandarización de elementos constructivos
  • iluminación natural
  • confort térmico de los ambientes por medio de sistemas naturales de ventilación

La fábrica CTRS, auténtica fábrica de vanguardia, tiene una capacidad productiva enorme y es tremendamente eficaz debido a su diseño y organización basada en el trabajo en equipo y la integración de las distintas disciplinas y actores involucrados. Técnicos diseñadores trabajan conjuntamente con los sistemas de producción de componentes y los constructores y en continuo contacto con pacientes, médicos y enfermeros.

Además, en la fábrica se diseña y se fabrica también el equipamiento quirúrgico necesario en lugar de importarlo y para poder así promover el desarrollo tecnológico local: se fabrican las camillas, las piscinas, el mobiliario e incluso las cámaras estériles de los quirófanos.

En la fábrica CTRS, Lelé utiliza el sistema “ordware” (que diría Julian Salas) el sistema del orden y de la racionalidad frente al sistema del “hardware” o del “software” que utiliza el primer mundo, quizás por ello, estas obras no entran dentro del mercado de las revistas especializadas de diseño y Lelé no recibe el reconocimiento mundial que se merece, sin embargo, la fábrica CTRS es una industria capaz de dar más y mejor por menos, sin renunciar a unas altas cotas de diseño.

2 comentarios:

  1. Te ha quedado muy completito, y encima nos vas descubriendo otras arquitecturas, más realistas.
    Muchas gracias, muchos besos y muchos ánimos para que sigas así.

    DAVID

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  2. Muchas gracias, yo sigo a lo mio, estudia que te estudia...

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